Vestigio de una agricultura tradicional, el higo chumbo persiste en lindes, huertos y caminos rurales del municipio.
Un fruto ancestral que perfuma los días calurosos y nos conecta con la tierra, la infancia y el placer de lo simple.
Una técnica centenaria que mantiene viva la esencia marinera: desde la selección del pescado hasta el clavo en la arena frente al mar.