Los Peñones del Santo constituyen uno de los enclaves más reconocibles del litoral de Almuñécar, tanto por su valor paisajístico como por su importancia histórica y arqueológica. Este conjunto de promontorios rocosos, situado entre la playa de San Cristóbal y la playa de Puerta del Mar, se proyecta hacia el Mediterráneo formando un fondeadero natural que ha sido utilizado por navegantes desde tiempos fenicios hasta la actualidad.
Un fondeadero milenario
La Bahía de Almuñécar fue uno de los principales puntos de escala y comercio para los navegantes del Mediterráneo desde el siglo IX a.C., cuando se establecieron en la zona las primeras colonias fenicias. La disposición de Los Peñones del Santo ofrecía abrigo natural contra los vientos y un acceso fácil al litoral, convirtiéndolo en un fondeadero idóneo para las embarcaciones antiguas.
Durante el periodo romano, Almuñécar —entonces denominada Sexi Firmum Iulium— alcanzó su máximo esplendor como núcleo comercial y productor de salazones de pescado, lo que consolidó aún más la actividad portuaria en esta zona. El fondeadero de Los Peñones del Santo siguió en uso durante toda la Antigüedad y ha permanecido como punto de referencia hasta la época contemporánea.
Evidencias arqueológicas
Los estudios arqueológicos realizados en el entorno sumergido de Los Peñones han documentado indicios materiales de una intensa actividad marítima histórica. Entre los hallazgos destaca la presencia de un posible pecio romano cerca de la zona conocida como Las Puntas. Este hallazgo está vinculado al descubrimiento de múltiples fragmentos de ánforas romanas, utilizadas en el comercio marítimo de productos alimentarios.
Las tipologías identificadas incluyen:
- Dressel 10 (Dr 10): ánforas de gran capacidad, datadas entre finales del siglo I a.C. y el siglo I d.C., relacionadas con el transporte de productos en salazón y derivados del pescado, como el garum.
- Dressel 14 (Dr 14): recipientes datados entre la segunda mitad del siglo I d.C. y el siglo III d.C., también destinados al comercio de salazones. Estas piezas suelen proceder de centros de producción anafóricos localizados en Motril y Calahonda, lo que confirma una red de distribución regional vinculada al litoral granadino.
El conjunto de materiales recuperados refuerza la interpretación de Almuñécar como un puerto comercial activo en época romana, especializado en productos de origen marítimo y perfectamente integrado en el circuito económico del Mediterráneo occidental.
Patrimonio visitable y valor turístico
Además de su relevancia histórica, Los Peñones del Santo se han convertido en uno de los puntos panorámicos más visitados de la Costa Tropical. Un sendero permite el ascenso hasta la parte superior del peñón principal, donde se alza una gran cruz blanca, símbolo contemporáneo del lugar. Desde allí se disfruta de una vista privilegiada de la bahía, el casco histórico y el castillo de San Miguel, con el perfil de la sierra como telón de fondo.
Este espacio, donde confluyen patrimonio natural, historia marítima y arqueología subacuática, forma parte esencial del legado cultural de Almuñécar. Su integración en rutas turísticas, paneles interpretativos o visitas guiadas contribuiría a poner en valor uno de los rincones más emblemáticos de la localidad.